No te preocupes: así evita tu SSD que pierdas datos si se va la luz

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Hoy en día, las unidades SSD son tan asequibles que es casi absurdo pensar en montar un PC sin incorporar al menos una de ellas, ya que ofrecen velocidades muy superiores a las de los discos duros convencionales. Sin embargo, los SSD tienen una desventaja respecto a éstos, y es que en el caso de que se vaya la luz, tienen un mayor riesgo de que se produzca pérdida de datos. Afortunadamente, la mayoría de SSD cuenta con un mecanismo llamado Power Loss Protection (PLP), y es de lo que os vamos a hablar en este artículo.

No es infrecuente que estemos trabajando o jugando en el PC y que se vaya la luz, provocando que el PC se apague repentinamente (salvo que tengas un SAI) y que, potencialmente, se produzca pérdida o corrupción de datos. Sin embargo, hoy en día es difícil que esto suceda, y a continuación te explicamos por qué.

La prevención de pérdida de datos de los SSD

La protección contra pérdida de energía, PLP, power loss protection o para que nos entendamos, prevención de pérdida de datos de los SSD es una tecnología diseñada para evitar que los datos se corrompan o se pierdan del SSD cuando se produce un corte de energía. La pérdida repentina de energía puede ser el resultado de que se vaya la luz, de una sobrecarga, un fallo en la fuente de alimentación, o simplemente que le has dado una patada al cable sin querer y has desconectado el PC.

Cuando se produce un corte de energía, el sistema PLP de los SSD protege los datos proporcionando energía durante el tiempo suficiente para que éstos se registren y almacenen correctamente. Estamos hablando, por lo tanto, de que los SSD son capaces de mantener una pequeña carga internamente gracias a unos condensadores que están integrados en su hardware, si bien es cierto que también hablamos de una carga que dura apenas unos milisegundos, pero que es suficiente para poner estos datos a salvo y evitar pérdidas y corrupciones.

Los SSD utilizan, normalmente, dos tipos de memoria en su interior: memoria DRAM y memoria Flash NAND. La NAND es el tipo de memoria no volátil en la que se guardan nuestros datos a largo plazo, mientras que la DRAM es una memoria volátil que se usa para almacenar datos en caché antes de pasarlos a la NAND principal. Durante el funcionamiento normal del dispositivo, la DRAM almacena temporalmente la información a la que se accede con frecuencia, pero cuando se corta la energía, estos datos se pierden debido a que, como hemos mencionado, es una memoria volátil, y si cuando se corta la energía hay archivos que se quedan a medio-transferir, es cuando se corrompen (los que no llegan a transferirse son los que se pierden).

SSD. (Foto: HardZone)

Algunos SSD de generaciones anteriores incorporaban una pequeña batería para evitar esto (sí, como la pila de la placa base) llamada BBU (Backup Battery Unit), pero es algo que dejó de utilizarse hace bastante tiempo en favor de este sistema PLP integrado del que os estamos hablando. Ahora, los SSD utilizan condensadores de tantalio, capaces de contener la carga de energía suficiente como para que el SSD pueda, al menos, vaciar la memoria DRAM hacia la NAND y que no se pierdan ni se corrompan los datos.

Como hemos comentado antes, esta carga dura apenas unos milisegundos (entre 20 y 40 dependiendo del SSD y de su edad, ya que con el paso del tiempo esta carga va a menos debido a la degradación), pero es suficiente para transferir una gran cantidad de datos en los SSD modernos.

Cuidado, esta tecnología es limitada

Como todo, esta tecnología que incorporan prácticamente todos los SSD modernos tiene sus limitaciones, además de lo que ya hemos mencionado de que apenas dura unos milisegundos. Por ejemplo, esta tecnología solo está preparada para cortes de energía repentinos, por lo que si se produce una subida de tensión, el hardware de SSD puede sufrir igualmente y quemarse (para eso están los SAI, las regletas con protecciones y, por supuesto, los mecanismos de seguridad de la fuente de alimentación).

Por otro lado, la potencia que suministra PLP es limitada, así que si había archivos muy grandes o demasiados archivos en la DRAM, es posible que no de tiempo a transferirlo todo y que se produzcan pérdidas o corrupción de datos… es raro que esto suceda porque el mecanismo está preparado acorde a la cantidad de DRAM y la velocidad del SSD, pero como es algo que se degrada con el paso del tiempo, en SSD que ya tienen mucho tiempo de vida es algo que puede pasar.

Finalmente, a destacar que muchos SSD DRAMless, que son más baratos, no cuentan con este mecanismo, así que tampoco podemos fiarnos alegremente cuando se va la luz de que no vayamos a tener luego problemas con el SSD.

Con información de: HardZone


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