El Parque de Nara, uno de los jardines públicos más antiguos de Japón, es el hogar de más de 1,200 ciervos sica salvajes que deambulan libremente por las 502 hectáreas del terreno. Estas gentiles criaturas suelen compartir el parque con multitudes de turistas, pero desde el cierre de COVID-19, los ciervos han disfrutado de la tranquilidad. Los habitantes de la zona aún pueden ir al parque (siempre y cuando mantengan una sana distancia), por lo que el fotógrafo japonés Kazuki Ikeda lo visitó para realizar una sesión de fotos previa a una boda. Si bien la pareja fue la protagonista de la sesión, el fotógrafo también tuvo tiempo de retratar a un grupo de ciervos en video, y parece algo salido de un cuento de hadas.
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